Materialidad e Inmaterialidad
2006
Cuerpo, Territorio
Ficha de obra
N° de registro: NG-O-048
Fecha de creación: 2006
Año Exhibición: 2006
Nombre de la exposición: Materialidad e Inmaterialidad
Lugar de la exposición: Sala Universitaria
Institución Organizadora: Casa Poli
Ciudad: Concepción
Pais: Chile
Tipo de exposición: Colectiva
Tipo de Obra: Instalación
N° de componentes: 6
Técnica - Material: Textos sobre espejos, piano.
Dimensiones: Medidas variables.
Descripción Visual
En el centro de la sala un piano de pared con dos espejos rectangulares ubicados verticalmente. El primero con el párrafo: Cuerpo hay ahí,/ donde el desciframiento/ de una serie de síntomas/ revela, de pronto,/ la conexión profunda/ que secretamente/ ha guiado esa vida. En el segundo espejo el párrafo dice: Cuerpo hay ahí,/ donde un deseo,/ que se oculta/ para que se lo descubra,/ tiembla ser descubierto, tiembla no ser descubierto. En ambos casos el texto va con letras ploteadas de color rojo y el parrafo se encuentra en la parte superior del espejo. En la pared del fondo se instalan tres espejos rectangulares ubicados horizontalmente, anclados a la pared a la altura del rostro. En cada uno de ellos se lee el siguiente texto con letras ploteadas azul: El rostro no es la cara, es la huella del otro.
Texto Artista
Quisiera agradecer a Simonetta Rossi por haber elegido mi obra entre tantas otras para participar en esta residencia en Casa Poli. A Sofía von Ellrichshausen quien me introdujo en la primera mirada a Casa Poli el día de mi llegada. A Mauricio Pezo a quien no conocí pero sí pude ver materializado su pensamiento arquitectónico durante mi residencia. A Rosemarie Prim y Eduardo Meissner por un domingo maravilloso donde me contaron la pequeña historia que construye la gran historia de Casa Poli, esos cuentos que finalmente lo revelan todo. Y por qué no decirlo, debo agradecer también a madame Eulalie por haber tenido la primera visión de este emplazamiento en el océano pacifico y su inequívoco gesto en elegir a Rosemarie para que todo continuará y es lo que me permite hoy estar aquí.
Sobre mi trabajo:
Durante los últimos 15 años he trabajado con la noción de tejido, con la construcción del tejido, la trama, la torsión del hilo, la hebra perdida. Desde ahí, con el “hilo de la historia”, de una historia personal al menos, y con su imposible recuperación. De niña, confundía las enseñanzas primarias de los oficios domésticos con los relatos heroicos del exilio en Francia y las dos guerras, que mi abuelo catalán y republicano, contaba reiteradamente intentando quizás fijar un imaginario.
Yo no aprendí a bordar para bordar en el arte, esa fue una enseñanza tediosa de cada verano e invierno de toda mi infancia.
La economía doméstica transmitida por mi abuela española siempre fue para mí la práctica de una economía de guerra, ejercicios disciplinados de parche, zurcido, bordado, remendado, tareas que ayudaban además a vencer el ocio del
“medio-día”, padre de todos los vicios.
En el año 1988 ese oficio adquirido para otras necesidades me permitió dibujar sutilmente sobre una sábana vieja, hacer manchas con telas y trazar líneas con el hilo y la aguja y también con la máquina de coser.
Las telas sobre telas de diferentes transparencias y rugosidades más los múltiples sistemas de costuras han sido para mí la manera que yo he tenido de pintar y dibujar en el arte. Nunca he remedado el bordado, lo que he hecho es realizar manchas, formas y líneas sobre diferentes soportes hasta llegar a bordar directamente sobre los muros.
Esos ejercicios tediosos de la infancia también me permitieron, años más tarde, abordar la cuestión de la escritura y bordar por primera vez, en el campo simbólico del arte, un texto a punto cruz (año 1994).
Mis referencias generales provienen del rescate de relatos orales, manualidades perdidas, historias olvidadas, documentos de archivo, frases buscadas. Las fotografías y documentos desplazados por fronteras hasta llegar a Chile me permiten entretejer una memoria y construir una historia posible. Mi trabajo de arte pretende establecer cruces entre el espacio femenino y particularizado de lo privado y aquél espacio político e histórico de lo público. Resuelvo éste tránsito a través del tejido y sus metáforas materiales y escriturales. El tejido, porque entrecruza una trama y una cadena, metaforiza toda relación intensa entre dos individuos, entre dos imágenes, entre dos palabras, entre dos recuerdos, entre dos obras.
Contexto histórico-político
Nury González establece relaciones relevantes con la materia en sus instalaciones, por el cruce de materiales y técnicas diversas, logrando la universalización de significados personales fuertemente asociados al imaginario femenino. La tela, la confección, los procesos manuales velan por la búsqueda inmaterial y emocional de su propia identidad y de la conciencia histórica de nuestro país.
Desde la premisa de materialidad e inmaterialidad, la instalación de Nury González transfigura las relaciones entre el emplazamiento arquitectónico de Casa Poli y el paisaje, tratadas analógicamente como un piano en la sala, por su recorte volumétrico y su calidad de contenedor-caja mágica. La pregnancia visual del piano, la exhibición de su silueta recortada en el espacio expositivo, evoca la materialidad dura del objeto arquitectónico Casa Poli como pieza artificial, como interrupción inserta en un paisaje desocupado, rompiendo la continuidad del paisaje. En ambos casos estos cuerpos albergan en su interior un mundo propio sugestivo, como infraestructura o artefacto cercanos al proceso creativo que requieren la articulación del artista para su activación.
Los espejos presentes en la instalación establecen contrapuntos intangibles entre los encuadres y textos, asociados a los vínculos entre el vacío, el interior y el exterior de Casa Poli. El propio cuerpo del espectador se refleja al leer los textos que aluden al cuerpo, como en un soliloquio que instaura al rostro como sede de la identidad propia y del otro. Texto en https://idayvueltalecturadeobras.wordpress.com/2012/05/25/lusitania/ revisado el 01-03-2023
Biografia de la obra
Recuerdo que estuve en la residencia una semana, alojado en el lugar sola. Cuando llegas es como un cubo, que es como ver un piano en la mitad de la nada, por eso puse un piano, como haciendo una metáfora de eso y los espejos, me acuerdo de la casa y los espejos tenían que ver con la vista que se tiene del mar desde la casa, esa cosa apaisada.
Además las escrituras de esa casas decían el sitio colinda en el norte con océano pacifico y en el sur con océano pacifico, al este con tierra pero el oeste también con mar, todo era el océano pacifico. Durante esa residencia realice la obra, no lleve nada en mente, a mi me pareció eso. Durante los días que estuve ahi baje el acantilado con rocas, que lo baje completamente es muy impactante
salía de esa casa en las mañanas a recorrer, que es una manera habitual mía de pensar las obras, caminando porque de repente se me aparecen las cuestiones. Me tomaba una micro y me iba a Tomé, pero después regresaba en la micro y llegaba caminando de regreso a la casa, es una época en la que no había wifi. Bajaba caminando a Coliumo que era una caleta. La casa es un cubo que está en medio de la naturaleza, más allá de que la naturaleza entre al espacio.
Al parecer el piano estaba en la casa porque se había quedado de otra actividad, pero jugó un papel importante en las reflexiones de la artista.